El historial reproductivo de una mujer que se ha sometido a un tratamiento de reproducción asistida sin quedarse embarazada no compromete las posibilidades de éxito de los ciclos posteriores. Así lo ha demostrado un nuevo y alentador estudio del equipo de GeneraLife en Roma, publicado en la revista ‘Human Reproduction’, con el sugerente título: “Deja atrás el pasado: el historial reproductivo de las mujeres no muestra ninguna asociación con la euploidía de los blastocistos y una asociación limitada con las tasas de nacidos vivos tras las transferencias de embriones euploides“.
El primer autor, Danilo Cimadomo, director de Ciencia e Investigación de GeneraLife, explica: “La experiencia de abortos o fallos de implantación tras una transferencia de embriones empeora la ya difícil condición de la infertilidad y a menudo corre el riesgo de desanimar a los pacientes. Por ello, abordamos este proyecto con la idea de que el principal enemigo de estas parejas era el abandono de la búsqueda del embarazo tras estos acontecimientos adversos”. El estudio pretendía, por tanto, aportar una información valiosa sobre este tema, todavía ausente en gran medida en la literatura. “El análisis de 2.676 pacientes con al menos un blastocisto sometido a biopsia para análisis cromosómico en nuestro centro desde 2013 -continúa Cimadomo- ha dibujado un escenario en el que el único parámetro relevante sobre la tasa de euploidía es la edad materna en el momento de obtención de los ovocitos. Fuera de esto, sea cual sea el historial reproductivo de cada mujer, no mostramos ninguna mejora o empeoramiento respecto a lo teóricamente esperado. Esta información es fundamental para el asesoramiento, especialmente después de un historial reproductivo negativo anterior. Incluso el haber producido en ciclos anteriores exclusivamente embriones afectados por anomalías cromosómicas no mostró ningún valor pronóstico sobre las cohortes embrionarias obtenidas posteriormente. Sin embargo, existe una ligera reducción en las tasas de implantación de embriones euploides transferidos a mujeres con experiencia de 2 o más fracasos previos. “Esto no debe asustar -dice Cimadomo- sino animar a la investigación de pruebas diagnósticas más profundas, con el objetivo de mejorar el pronóstico en estas pacientes”. En conclusión, el estudio sugiere que, cuando el clínico reconoce las condiciones en términos de edad y reserva ovárica para afrontar un nuevo intento, la mujer no debe desanimarse por una historia reproductiva adversa”.