El primer artículo firmado por todos los centros GeneraLife analiza la forma más avanzada de evaluar el éxito de un tratamiento de FIV.
La premisa es clara: el objetivo de un ciclo de fecundación in vitro es siempre obtener el nacimiento de un niño. Sin embargo, como sabemos, la fecundación in vitro no puede conferir «competencia» a un embrión, es decir, no puede hacer que sea capaz de dar lugar a un embarazo y a un niño que nazca. Sólo puede proporcionar un tratamiento lo más seguro posible para cada pareja, en un intento de maximizar una posibilidad predeterminada de éxito.
En un nuevo comentario publicado en RBMO, el primero que firman todos los centros GeneraLife, los expertos subrayan que, en la definición de éxito en la fecundación in vitro, deben incluirse también los análisis de los riesgos, los costes y el tiempo invertido por los pacientes, así como su satisfacción. Como si se dijera: ¿a qué «coste» se obtiene un nacimiento, en términos de estrés económico y psicológico para los pacientes? ¿Qué riesgos pueden evitarse y cuáles pueden considerarse aceptables?
Los autores han querido repasar todos los aspectos implicados (resumidos en un gráfico muy elocuente) y destacar los puntos que siguen abiertos, sugiriendo que quizá sería necesario un mayor consenso internacional en la definición de «éxito» en la FIV, así como un control por parte de las autoridades de terceros en caso de que las tasas de éxito se comuniquen de forma engañosa o con humo.
¿Qué importancia tiene la investigación en el ámbito de la FIV?